Los Quintero y el Clan del Golfo: saqueo de Medellín
Investigación revela cómo los Quintero habrían desviado recursos públicos en Medellín para financiar minería ilegal y negocios del Clan del Golfo.
Medellín no se robó sola
En Medellín la corrupción tiene nombre propio: los hermanos Quintero.
Mientras se presentaban como “renovadores de la política”, detrás levantaron una máquina para saquear Metroparques, EDU, Área Metropolitana e Inder, desviando contratos y recursos de la ciudad para financiar un negocio criminal: la minería ilegal en Buriticá, bajo la bendición del Clan del Golfo.
El oro extraído fue la llave maestra para lavar dinero, comprar armas y montar un emporio ilegal que sigue operando a la vista de todos.
La ruta del oro: de Medellín a Panamá, pasando por Urabá
Así funcionó el engranaje:
Lavado legal: una parte del oro se blanqueaba con la minera SK3.7, operadora de la mina Sandra K de Arismining, antes Gran Colombia Gold. Al frente estaba Serafino Iacono, el mismo que terminó vendiéndole un apartamento a Ricardo Roa, hoy presidente de Ecopetrol.
Ruta criminal: la otra parte salía por Urabá rumbo a Panamá, donde se convertía en dólares. Esos dólares viajaban a México y regresaban en forma de armas para el Clan del Golfo.
El gerente Carlos Mario Márquez Atehortua y el intermediario Gustavo Adolfo Corrales Restrepo son señalados como operadores clave de esta red, junto a la empresa Segovia Minera Gold SAS de los hermanos Ronald y Hugo.
En pocas palabras: Medellín puso la plata, y el Clan del Golfo puso las armas.
Explosivos y FARC: la conexión que nadie quiere nombrar
En el mundo minero es un secreto a voces: la entrega de explosivos en Segovia y Remedios está bajo la sombrilla de Arismining. Pero todo apunta a que SK3.7 canaliza buena parte de ese material a los frentes 18 y 36 de las FARC.
¿Coincidencia que el pasado 10 de septiembre Medellín sufriera atentados en Loreto, cerca a Las Palmas?
Lo que parece una “operación minera” huele más a financiación del terrorismo desde las mismas estructuras que se dicen legales.
Serafino, Petro y la fusión dorada de 2021
La fusión entre Gran Colombia Gold y Arismining en 2021 fue presentada como un triunfo empresarial. En realidad, fue un pacto político.
Según versiones, Petro empujó la operación con tres condiciones:
Serafino Iacono seguiría recibiendo utilidades desde su empresa Zandor Capital en Panamá.
Ecopetrol quedaría bajo influencia, consolidada con Mónica de Greiff Lindo, hoy presidenta de la junta directiva.
El Country Manager Alejandro Jiménez, socio de Aventtus SAS, sería el encargado de legalizar mineros informales en Segovia, Remedios y Buriticá, y de manejar los pagos que, según rumores, Petro recibiría desde la explotación de oro.
Y mientras Petro ataca todos los días a la minería colombiana, nunca menciona a Arismining. Silencio que se explica con dólares y oro.
Medellín despierta
Los Quintero no solo se robaron Medellín: convirtieron los impuestos en armas, convirtieron parques en oro ilegal y convirtieron la política en un negocio para las mafias.
Su red toca empresarios internacionales, altos ejecutivos de Ecopetrol y al mismo presidente de la República.
Mientras tanto, el pueblo ve parques abandonados, programas sociales quebrados y jóvenes reclutados por las mismas bandas que se financian con este oro manchado de sangre.
Medellín tiene que despertar. La verdad está frente a nuestros ojos y Antioquia no puede seguir callando.