¡Cauca en jaque: Petro abandona a sus tropas!
El caos desatado por las disidencias
Cuando el pasado viernes 57 militares fueron retenidos a punta de fusil en el Cauca, quedó al descubierto la incapacidad del Gobierno para garantizar la seguridad de quienes arriesgan la vida por todo un país. Lo que empezó como un operativo de rutina terminó en un espectáculo de terror que sacudió a Antioquia y obligó a Petro a pronunciarse bajo presión.
La noticia corrió como pólvora: civiles convertidos en escudos humanos, disparos al aire y la tensión al máximo. Mientras las familias de los uniformados vivían horas de angustia, en Palacio de Nariño se debatían discursos más que acciones contundentes. La demora en coordinar un rescate generó un clamor de abandono y críticas feroces desde la sociedad civil.
El grito de la ciudadanía
En Medellín y en municipios aledaños, hashtags como #AntioquiaResiste y #NoMásAbandono fueron tendencia durante todo el fin de semana. Líderes comunales organizaron vigilias en plazas públicas, reclamando no solo la liberación inmediata de los secuestrados, sino la renuncia de quienes, en opinión popular, han demostrado irresponsabilidad ante la amenaza de las disidencias.
Los analistas coinciden en un punto: el episodio expuso la falta de protocolos de respuesta y la incompetencia para anticipar la escalada de violencia. Organizaciones de derechos humanos, por su parte, denunciaron el uso de civiles como “escudos vivos” y exigieron sanciones ejemplares. La pelea mediática estalló, dejando claro que la paciencia de la gente tiene un límite.
Mientras el operativo de rescate aún está en marcha, el rostro de Petro se ve cada vez más asociado al fracaso y a la incapacidad de mantener la paz interna. Las voces de Antioquia, cansadas de falsas promesas, reclaman acciones efectivas y responsables. El país aguarda el desenlace con desconfianza, convencido de que, sin un cambio radical, este capítulo se repetirá.