Cabal bajo ataque: intentan frenar su campaña presidencial
María Fernanda Cabal enfrenta ataques coordinados desde la oposición y su propio partido. Una estrategia busca frenar su papel como voz firme frente a Petro.
En menos de una semana hemos presenciado tres ataques sucesivos que buscan minar la campaña de María Fernanda Cabal. No son hechos aislados, sino una estrategia política —alimentada tanto por la oposición como por sectores internos del uribismo— para desactivar la opción más coherente y firme que hoy existe frente al gobierno de Gustavo Petro.
El referendo de autonomía fiscal: la culpa fabricada
Se intentó atribuirle a Cabal la responsabilidad por el hundimiento del referendo de autonomía fiscal. La realidad es otra: en la Comisión Primera del Senado se requerían 11 votos afirmativos de 21 posibles, pero la votación terminó 7 a favor y 8 en contra. Aunque ella hubiera votado, el proyecto ya no tenía los apoyos necesarios.
Cabal explicó que su ausencia se debió a que debía atender una diligencia en la Comisión de Acusación contra el presidente Petro, lo cual le impidió participar. Esa ausencia fue usada como excusa para convertirla en “chivo expiatorio” de un proyecto que ya estaba condenado por falta de consensos.
Además, circula un rumor —no confirmado— de que Álvaro Uribe habría dado instrucciones para que Paloma Valencia y Cabal no votaran. Esa versión no se ha comprobado con certeza, pero se difunde con fuerza, lo que sugiere que el ataque no fue un accidente, sino parte de una intención deliberada de responsabilizarla políticamente.
José Obdulio y el guiño santista
El segundo golpe lo protagonizó José Obdulio Gaviria, quien declaró públicamente que Juan Carlos Pinzón es “el mejor precandidato” para 2026. Pinzón, un hombre cercano al santismo, encarna justamente aquello que el uribismo auténtico rechaza: la connivencia con el establecimiento, la entrega de principios y la negociación con quienes traicionaron la seguridad democrática.
Que uno de los ideólogos históricos del Centro Democrático se incline por Pinzón no es un acto menor: es un mensaje directo a las bases para desviar su atención y debilitar a Cabal. Infobae incluso describe a Gaviria como un “mentor político” en la estrategia de Pinzón. Es, en la práctica, un guiño a la tibieza, un intento de imponer un candidato funcional al poder tradicional, pero sin la fuerza y la convicción que representa Cabal.
La mentira de Claudia Tarazona
El tercer ataque llegó en forma de acusación mediática. Claudia Tarazona aseguró que Cabal la había amenazado, pero no presentó pruebas ni sustento serio. Hasta ahora, los grandes medios no han podido confirmar esa denuncia.
Es la clásica jugada política: victimizarse para demonizar a la rival, presentarla como “peligrosa” y tratar de silenciar a quien ha sido la voz más frontal de la oposición. La acusación no pasó de ser un intento de instalar una narrativa sin sustento, pero el ruido mediático sirvió para reforzar el discurso de quienes buscan marginarla.
Lester Toledo: la mente maestra de la operación
Aquí aparece un actor determinante: Lester Toledo, abogado y consultor político venezolano, premiado en los Napolitan Victory Awards y conocido por su cercanía al partido Voluntad Popular de Leopoldo López. Según reveló DiarioEditorial, Toledo habría estado detrás de la denuncia fallida de Tarazona contra Cabal.
Las sospechas no se limitan a rumores. En redes sociales, a través de denuncias públicas, se señaló a Toledo como articulador de la estrategia, vinculando a figuras mediáticas y políticas en la construcción de una narrativa destinada a golpear la imagen de Cabal. Su historial en Colombia no es menor: fue asesor del excandidato a la alcaldía de Medellín, Albert Corredor, y su nombre ha aparecido asociado a la influencia de consultores internacionales en campañas locales.
La presencia de Toledo sugiere que el intento de sabotear a Cabal no es improvisado ni doméstico, sino parte de una operación más amplia, que combina intereses internos y externos para fracturar la candidatura más sólida de la oposición.
Una estrategia coordinada
Los cuatro episodios —el referendo, el guiño santista, la acusación de Tarazona y la sombra de Toledo—, en tan corto tiempo, muestran un plan sistemático para debilitar a María Fernanda Cabal. Desde afuera, porque es la más incómoda para Petro; desde adentro, porque hay quienes prefieren un candidato dócil, negociador, funcional a la política de siempre.
Cabal incomoda, y por eso quieren neutralizarla.
Defender a Cabal es defender las bases
María Fernanda Cabal no necesita disfrazar sus convicciones ni matizar su discurso. Ella representa lo que muchos pretenden borrar: un uribismo con principios, sin concesiones. Por eso la quieren destruir: porque su sola existencia desnuda la tibieza y las contradicciones de quienes hoy coquetean con lo conveniente.
La pregunta es inevitable: ¿permitirán las bases del Centro Democrático que desde adentro se desmonte la campaña de quien ha sido frontal, clara y persistente?
La respuesta debería ser contundente: defender a Cabal es defender la coherencia, la dignidad y el derecho a una oposición verdadera frente al proyecto de Petro y sus aliados.