Petro y Sarabia: ruptura por escándalo de pasaportes
Laura Sarabia rompe con Petro tras escándalo de pasaportes
La renuncia de Laura Sarabia al gobierno de Gustavo Petro no es un simple cambio de gabinete, sino una jugada calculada para apagar el incendio político que desató la pelea por los contratos de pasaportes, documentos de identidad y, en el fondo, el control de procesos electorales. Su salida marca un quiebre interno en el poder presidencial y revela una estrategia para contener un escándalo con potencial explosivo.
La pelea por los pasaportes y el control del CND
El detonante de esta crisis es la batalla por el multimillonario contrato de impresión de pasaportes. El Ministerio de Relaciones Exteriores insistió en adjudicarlo directamente a Thomas Greg & Sons, empresa que también maneja la producción de cédulas, registros civiles y tarjetones electorales a través del Centro Nacional de Consultoría (CND).
Esto significa que una sola empresa controla todos los instrumentos que identifican al ciudadano colombiano. Desde el nacimiento hasta el voto. La ruptura entre Petro y Sarabia se produce cuando el presidente decide enfrentarse a esa estructura y bloquear el contrato, sin contar con la total alineación de su exmano derecha.
¿Un riesgo para la democracia?
El paralelismo con Venezuela es inevitable. Allá, Smartmatic y entes centralizados controlaban la impresión de documentos y los sistemas electorales, lo que facilitó el fraude sistemático y la perpetuación del chavismo en el poder.
En Colombia, la concentración de funciones en una sola empresa privada genera preocupaciones similares. El Consejo Nacional Electoral (CNE) depende en parte de esos servicios. Y cualquier manipulación o favoritismo tecnológico podría condicionar los procesos electorales del 2026.
Estrategia de distanciamiento: protegerse del incendio
Sarabia, como ex directora del Departamento de Prosperidad Social (DPS) y figura central en el gobierno, sabía que este escándalo escalaría. Su renuncia funciona como cortafuegos político, intentando separarla del posible colapso institucional que se avecina.
El gobierno intenta mostrarse como un actor que lucha contra monopolios corruptos, pero internamente, hay una guerra por el control de los contratos, la información ciudadana y el sistema electoral.
¿Qué viene ahora?
- La Fiscalía investiga las decisiones del Ministerio y su justificación para negar la licitación.
- El Congreso prepara audiencias para evaluar la influencia de Thomas Greg & Sons y el CND en procesos estatales.
- Analistas alertan sobre un “modelo Venezuela” en construcción, donde la impresión de documentos se vuelve arma política.
¿Petro busca controlar el sistema electoral?
Muchos en la oposición creen que el presidente intenta romper con estructuras tradicionales, pero no para democratizar, sino para reemplazarlas con sus propios aliados. El discurso antiempresa encubre lo que podría ser un intento de crear un aparato de control interno, donde los documentos, las bases de datos y los tarjetones responden a intereses del poder de turno.
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